Tras media hora en la bicicleta, hemos de deciros que llegamos antes que las alemanas al instituto en el que se desarrolla el curso. Los alemanes se caracterizan por ser muy muy puntuales.
Una de las profesoras es inglesa, pero vive en Alicante. Nos habló de la importancia de hacer juegos activos con los alumnos, pero también de pararse, relajarse y hacer mindfulness o yoga.
Al entrar en un instituto, vimos algo que nos llamó mucho la atención. Hay una habitación en la que los alumnos dejan sus abrigos y sus zapatos y van andando descalzos por todo el instituto (con calcetines).
En este curso tan divertido que estamos haciendo, todos los maestros se ponen a jugar como si fueran niños y niñas. ¡Salimos al patio y todo! Hicimos diferentes juegos que desarrollan fundamentalmente la lengua hablada (speaking) a través del movimiento.
Una de las profesoras es inglesa, pero vive en Alicante. Nos habló de la importancia de hacer juegos activos con los alumnos, pero también de pararse, relajarse y hacer mindfulness o yoga.
Recordad siempre. Por muy difícil que os parezca una asignatura o un ejercicio, siempre siempre hay que estar de buen humor.
A la 1, nos fuimos a comer a un restaurante con buffet que hay al lado del campo de fútbol de la selección islandesa.
A las 2 nos montamos en un autobús camino del Blue Lagoon. Os preguntaréis qué es eso. Pues, como su nombre indica, es una laguna azul. Esta laguna tiene unas características muy particulares, ya que se creó cuando construyeron una central geotérmica y el agua está a 39 grados. Los minerales que contiene son muy buenos para la piel. Y lo más importante es que es muy divertido, porque haga el frío que haga fuera, dentro del agua se está muy a gustito.
Ya relajados, volvimos a Reikiavik. Al bajarnos del autobús, vimos que mucha gente iba con banderas y bufandas de Islandia. No era por el frío, era porque....
Se iba a celebrar un partido de la liga de las Naciones. Islandia contra Israel. ¡Y adivinad qué! ¡Islandia ganó dos aficionados más! Desgraciadamente, el partido acabo dos a dos. Nuestros gritos no fueron suficientes para que nuestra querida Islandia ganara.
Después de ver a estos deportistas, nos entraron ganas de ir al gimnasio. Solo podían acceder los socios, pero ¿sabéis como lo hacían? Ponían los ojos en la máquina que veis y entraban.
Dado que no nos dejaron entrar en el gimnasio, cogimos la bicicleta y volvimos para casa. En el camino nos esperaba una sorpresa, como cada día, pues nunca regresamos para el mismo sitio. Esta vez fue un museo de esculturas, cuyo jardín estaba lleno de figuras realizadas en diferentes materiales.
Después de tanto arte, lo siento, pero tengo que dejarte.
See you soon! O BLESS, como se dice en islandés.
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