lunes, 13 de junio de 2022

Iceland, June 12 th 2022

Estamos en el segundo día en Islandia. Hoy nos toca su capital: Reykjavik.
Nos levantamos temprano, sobre las 7, aunque ya parecían las 11 por la luz que había. ¿Os hemos dicho que en verano nunca se hace de noche en Islandia? :)
Quedamos con una amiga española, para desayunar y devolverle el coche que nos llevó a ver las maravillas que os enseñamos ayer. Y aquí comienza un periplo en busca de las tostadas perdidas. En Badajoz es fácil encontrar tostadas, pero aquí es más bien una aventura... Tras una hora dando vueltas, logramos encontrar un desayuno con pan tostado, lechuga, mantequilla, mermelada y queso. 



Finalizadas las gestiones matutinas, nos dirigimos al centro. Pasamos por la oficina de turismo y luego rcorrimos sus calles y mirad lo que encontramos en la calle principal.

Un poquito después, montados en nuestras fieles bicicletas, nos dirigimos hacia el edificio más alto de Islandia, la iglesia Evangelista luterana  Hallogrim. 


Allí, Raúl mantuvo una interesante conversación con estos dos señores.


Ellos nos contaron historias sobre vikingos. Nos dijeron que los primeros pobladores de Islandia fueron unos vikingos noruegos, que llegaron a la isla acompañados de mujeres irlandesas. 


Bajando una bonita cuesta desde la que se veía el mar, llegamos justo para montarnos en el barco llamado Viajeros del sol. Es la escultura más famosa de Reikiavik y fue diseñada a mediados de los años 80 para conmemorar el bicentenario de la constitución de la ciudad. Su autor, Jón Gunnar Árnason, ideó una elegante escultura de acero que recuerda a un barco vikingo, honrando la historia de Islandia y su tradición marinera. 


Continuamos nuestro camino por la ciudad y nos detenemos en el edificio Harpa. Mirad cuánto cristales y cuántos colores.


Cuál es nuestra sorpresa al ver que hay una entrega de medallas... 


No sabemos a quién se las entregan ni por qué, lo que si sabemos es que nos ofrecen unos maravillosos dulces islandeses cubiertos de chocolate, que nos hacen felices. Se llaman kleinas. Parecen pestiños, pero no llevan miel y la masa no es igual. 

Ya hemos echado gasolina en nuestros cuerpos. Vamos hacia el puerto,  cual marineros...

En el puerto no espera otra sorpresa, es el día del pescador, The fisherman's day y todo está abarrotado de gente, tirolinas en el agua para los niños, guardacostas, enormes barcos que se pueden visitar, pescados expuestos desde hace varios días, degustación de bacalao y salmón seco, museo de la pesca... Todo amenizado por un guitarrista subido en una caravana. 


Antes de irnos, nos encontramos con estos niños y estas niñas practicando el tiro de la rana. Bueno, hemos de deciros que alguna de ellas era un peligro público número uno y lanzaba las piedras para todos lados menos para delante.

Como todavía teníamos una hora por delante, antes de que comenzara el curso (aún no os lo hemos dicho, pero hemos venido a Islandia a hacer un curso para mejorar como maestros), cogimos las bicicletas y por el carril bici que va paralelo al mar, pedaleamos hasta llegar al faro de Reykjavik, que estaba a 25 minutos. El faro resultó estar en una pequeña isla, a la que no se podía acceder. 


Se nos hace tarde! 35 minutos pedaleando y llegamos al curso. Se llama Smart Teachers Play More. Ya sabéis lo que nos gusta jugar y hablar con otros maestros. Aquí estamos en nuestra salsa, porque este curso lo realizan maestros de toda Europa.  Casi todo el mundo se comunica en inglés, pero tenemos la opción de hablar en otros idiomas como francés o italiano. 

Cuando lleguemos a España, haremos nuevos juegos que hemos aprendido aquí. 

Terminada la primera sesión del curso, pedaleamos hacia casa. Por el camino, encontramos estas maravillas.

Un trozo del muro de Berlín:


La casa Hofdi, en la que se celebró la cumbre de Reikiavik de 1986.  Una reunión muy caliente en la que Reagan y Gorbachov comenzaron a poner fin a la guerra fría. (Buscad a Wally en las fotos)

¿Os está gustando nuestro relato? A las florecillas amarillas también. 

A nosotros, sin embargo, se nos ha quedado esta cara, al saber que tenemos que irnos para casa ya y que no podemos seguir disfrutando de esta preciosa ciudad...


 ¡Hale! Vamos a aparcar las bicicletas y mañana nos vemos! Bye!




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  Caritas de cansancio, pero alma y corazón llenos de emoción.... WE WILL COME BACK, ICELAND!!!!