domingo, 12 de junio de 2022

Iceland, June 11th 2022

Hola chicos y chicas! Vamos a contaros nuestro primer día en Islandia. 

Alquilamos un coche y nos recorrimos todo el sur de la isla. No os lo vais a creer, hicimos casi 1000 km en un día. Bueno, quién dice un día dice 24 horas, porque aquí, no sé si lo sabéis, en esta época del año nunca se hace de noche. Es, como dice Raúl, como en la época de Felipe II. En el Imperio español, nunca se ponía el sol.

Con bocatas en las mochilas y dos botellitas de agua (hay agua fresca por todos lados y puedes rellenarlas cuando quieras) emprendimos el camino. Nos esperaban muchas aventuras por delante. 
Como veis en las fotos, en el camino visitamos hermosas y enormes cascadas, que nos ducharon y nos dejaron ver un arcoiris doble... Atentos a los nombres, que Raúl y yo le estaremos un premio a quienes los aprendan! Cascadas de Seljandafoss, Gjufrabúi y Skógafross


Seguimos el camino hacia un lugar con acantilados y frailecillos volando alegremente cerca de nosotros. Pero además de frailecillos había muchas gaviotas que, como dice Raúl, cuanto más grandes más idiotas! 


Y de ese precios acantilado a una playa de arena negra,  bañada por las aguas del mar de Groenlandia. Y la única persona que había dentro del agua, ¿quién sería?

Y ahora viene lo mejor.. 2 horas y media de coche después, igual que el Titanic, caímos rendidos ante los icebergs.

Nunca habíamos visto algo así!  Y la sorpresa continuaba. Los trozos de hielo caídos del glaciar se deslizaban con gaviotas como pasajeras, hacia el mar. Y una vez allí, las olas los empujaban a la orilla y veréis qué espectáculo.

Con la emoción en el cuerpo, tomamos el camino de vuelta. Podríamos haber ido en un coche de estos, pero nos quedamos con el Toyota que habíamos alquilado.


Raúl no podía quedarse tranquilo cogiendo una carretera normal, así que tomamos rumbo hacia la lengua del glaciar por una pista de tierra que nos llevó hasta un lago en el que desembocaba.

Cada loco con su tema, ya nos conocéis...


Ah, olvidaba contaros una historia.  Caminando por la pista de piedras, vimos a un hombre vestido de negro que parecía ir descalzo. Pero no iba descalzo, eran sus botas marrones. Le saludamos y seguimos adelante hacia el glaciar.  A la vuelta, lo recogimos. Era un chico polaco que estaba de trekking y no calculó bien los kilómetros. Según nos contó, practicaba la cultura vegana todos los días que le daba la gana.  No os lo vais a creer, pero era vegano todos los días del año, menos el de su cumpleaños, el 30 de cada mes, los domingos después de la luna llena y el domingo de Pascua.  Era todo un personaje.  Lo llevamos hasta Reykjavik y nos lo agradeció con una enorme bolsa de cacahuetes. 

En el trayecto de vuelta, cuando nuestro amigo polaco estaba echando una cabezadita, se cruzó por delante de nosotros un animal pequeño  y negruzco. Asustado, corría paralelo a la carretera. De vez en cuando, se paraba y nos miraba.  Cuál fue nuestra sorpresa cuando vimos que era un zorro. Pero no un zorro cualquiera, no. Era un zorro ártico. Investigando en internet, leímos que hay dos tipos de zorros árticos, los que tienen el pelo blanco y los que tienen el pelo azulado o  marrón. Esos son los más abundantes en Islandia. Y sabéis qué? Vimos dos más. No pudimos hacerles fotos, pero aquí os ponemos una foto que hemos cogido de internet, para que veáis cómo son 

Otros animales que se ven cuando vas viajando por las carreteras del sur de Islandia son las ovejas y los caballos. Como vais a ver en las fotos, son muy diferentes a los que tenemos en España, las ovejas tienen más lana y los caballos más pelo, pues necesitan estar siempre abrigados. 

Y aquí termina nuestro relato del primer día. Era la 1:30 de la mañana,y después de muchos kilómetros y muchas emociones, llegaba la hora de ir a dormir. 



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BLESS BLESS!

  Caritas de cansancio, pero alma y corazón llenos de emoción.... WE WILL COME BACK, ICELAND!!!!